jueves, 8 de marzo de 2007

Superarse

Entrenar y exigirse al límite. Desafiarse a uno mismo. Las Carreras de Aventura están en alza, porque cada vez más, la gente busca la satisfacción de hacer actividad en contacto con la naturaleza y alcanzar la meta
Aguantar temperaturas extremas, atravesar ríos y selvas, correr durante horas, dormir poco o casi nada y a la intemperie, pasar hambre y sed. Exigir el cuerpo y la cabeza al máximo. Desafiar a la naturaleza y a uno mismo, de eso se tratan las competencias de aventura, de entrar en contacto directo con la naturaleza y sentir la satisfacción de plantearse un objetivo y lograrlo. Por eso es que cada vez son más los hombres y mujeres que ponen a prueba sus condiciones físicas y mentales. Lo cierto es que estas carreras en equipo que combinan varias disciplinas y se desarrollan en escenarios naturales, están de moda, aquí y en el mundo. Han crecido de manera extraordinaria en los últimos años, tanto en cantidad como en número de corredores.
Quiénes se animan a desafiarse
La mayoría de los corredores son hombres, pero también hay mujeres, como Florencia Gorchs, que empezó en el '98, y desde entonces participa en casi todos los eventos: "Encontré una forma de vida, de relacionarme con buena gente, sana. Te divertís, la pasás bien y hacés deporte, todo es ventaja", resume la deportista, que acumula varios primeros puestos. El corredor Matías Castro resalta la relación con sus compañeros y el contacto con la naturaleza: "Me gusta ir superándome. Aparte, es otra forma de viajar, conocés lugares a los que nunca llegarías", dice. Es que al diseñar los circuitos, los organizadores se contactan con expertos en turismo local de todo el país y así van descubriendo paisajes recónditos y de una belleza increíble.
Cronología de las carreras
Si bien las carreras de expedición hoy están en boca de todos, nacieron en la década del '80 a nivel internacional, en Francia, con el Raid Gauloise. Años más tarde apareció el EcoChallenge, competencia a la que todo corredor aspira a llegar, que desde entonces reúne equipos de todo el mundo en distintos lugares y que en 1999 se realizó en Bariloche. Hasta entonces, en la Argentina existía escasa experiencia: en 1997 se corrió el primer Raid Aventura en el Perito Moreno, con el formato de las competencias internacionales, organizada por Sebastián Tagle, quien había participado en pruebas en el exterior. Tagle, creador del Club de Corredores, descubrió que la geografía del país era ideal para diseñar carreras de varias disciplinas y, aprovechando su experiencia de corredor, le dio empuje al mercado local. Entonces, las pruebas duraban días y tenían un nivel de exigencia muy alta, que hacía que equipos de primera abandonaran antes de llegar. Hoy, en el país, las carreras se volvieron multitudinarias, y por eso, también más cortas y menos exigentes. Los circuitos han pasado a durar uno o dos días para abarcar un fin de semana. Son pocas las pruebas largas que conservan las exigencias de las primeras, entre las cuales se encuentran El Desafío de los Volcanes y el nuevo circuito XK Race.

LLEGAR JUNTOS A LA META

Existen distintos tipos de competencias: la standard, de trekking; las multidisciplinarias cortas, que se corren en el día y combinan tres disciplinas y una prueba especial (trekking, mountain bike y canoa), y las largas, de más de un día, que son en etapas o non stop. "Los deportistas van subiendo de categoría. Empiezan corriendo en calle, pasan a las de aventura cortas y luego eligen las largas". Los participantes compiten en equipos para llegar primeros a la meta. Cada equipo elabora su estrategia y decide cómo hacer la carrera: cuántas veces parar, si detenerse a dormir y qué comer (bastante cereal y suplementos dietarios y en las largas, alimentos ricos en hidratos de carbono). Pero la condición es que los integrantes permanezcan juntos todo el recorrido.
En muchas competencias, la cabeza juega un papel importante. Como en el Desafío de los Volcanes, la prueba más exigente de Sudamérica que une la Argentina con Chile en un recorrido de 500 km. y seis días. "En las carreras de expedición, se intenta reflejar al hombre en la naturaleza en su forma primitiva. Por eso no tienen equipamiento, no pueden usar GPS (sistema de posicionamiento global por satélite), sólo brújula. La estrategia y el estado físico se equilibran. Este año participaron 70 equipos y un 20 % cubrió el recorrido", explica José Vaccarezza, uno de los organizadores. Para clasificar, debe haber al menos una mujer en el equipo de cuatro integrantes. "La mujer fortalece al grupo, actúa como mediadora de los problemas que surgen por el cansancio excesivo. El umbral de dolor en ella es mucho más alto, ya de por sí soporta el parto", dice Florencia Gorchs.

TRABAJO EN EQUIPO Y VIDA SANA

Participar de las carreras es caro: además de pagar el derecho de participación, los corredores deben cubrir traslado y noches de hotel. Sin embargo, esto parece no ser un impedimento para que cada fin de semana se reúnan cientos de deportistas. De ahí que las empresas se interesen por auspiciar las competencias. El propósito de Orígenes con su Interempresas es, por ejemplo, resaltar el trabajo en equipo, el esfuerzo para cumplir el objetivo y la camaradería. Nike fue una pionera al auspiciar pruebas combinadas a principios de los '90. Ahora se dedican a las competencias de running individuales, llevadas a un escenario natural, y cada año arman un circuito de cuatro carreras de 21 km. Están orientadas al deportista de calle, que quiere experimentar en otro terreno.Durante las carreras, los participantes recorren escenarios silvestres y están expuestos a riesgos, muchas veces al límite de su resistencia. Por eso, los organizadores ponen especial cuidado al trazar los circuitos.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, que los sueños son eso, sólo sueños. Pero a veces con esfuerzo pueden trasformarse en realidad, es entonces cuando no hay mil imágenes ni mil palabras que representen lo que se siente. Uno vive experiencias límite desde lo físico y mental, enfrenta situaciones que nunca imaginó, supera obstáculos jamás pensados y es vencido por cosas que cree poder manejar.Un buen equipo se forma con integrantes que persiguen objetivos similares, capacidades equilibradas, calidad humana y solidaridad; con una adaptación de todos al ritmo del más lerdo. El agotamiento y las situaciones superan ampliamente lo esperado, y desnudan a todos en sus fortalezas y debilidades. Es importante conocerlas con antelación para entender y socorrer a quien se quiebra; un abrazo a tiempo o un empujoncito puede ayudar más de lo que uno imagina. A veces tenemos hay que cargar compañeros, llevarles la mochila, abrazarlos, llorar juntos, empujarlos, pero siempre el respeto y la solidaridad son la clave del éxito.

Por Fernando Giannini, del equipo San Luis Trans Sierras

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